Columna de opinión

De un día para el otro, de la noche a la mañana, la vida cambió, el mundo cambió…

Todo lo conocido, dejó de serlo. Y nos encontramos luchando contra un enemigo invisible que atravesó a toda la humanidad y que no distingue razas, credos, religión, continentes, nacionalidades, estatus social, económico o académico.

La única forma de protegerse de esta pandemia es el confinamiento social. Todo el mundo construido y conocido desapareció, no está más. Ante tal cambio, aparece la incertidumbre y el miedo. ¿Qué va a pasar? ¿Cómo voy a seguir? ¿Cuánto tiempo voy a tener que permanecer encerrado? Y después, ¿voy a poder abrazar? Necesitamos crear un nuevo mundo, en el aquí y ahora, porque ya está sucediendo y no nos dió tiempo a prepararnos.

Como humanidad, tenemos la gran oportunidad y desafío de conectarnos con nosotros mismos, de volver al centro. Y poder, finalmente, lograr la felicidad más allá de las circunstancias.

Nuestras vidas son guiadas por el estado emocional en el que nos encontramos. Cambiar ese estado, es lo que nos hace avanzar, crear mejor calidad de vida para nosotros mismos y nuestro entorno.

Habitualmente depositamos la felicidad en los eventos futuros, en las situaciones del futuro y nos decimos… “¡Voy a ser feliz cuando deje de estar encerrado!”… “Voy a ser feliz cuando pueda caminar libremente por la calle”… “No, en realidad, voy a ser feliz cuando gane equis cantidad de dinero por año”. O… “Cuando tenga hijos…” Y nos olvidamos de que la felicidad la construimos en cada instante presente.

Ser feliz no depende de situaciones externas, sino que es un estado del ser, es un estado del alma y proviene de nuestra decisión de elegir ser feliz. Más allá de la pandemia o de la circunstancia externa que suceda.
Confundimos la alegría con la felicidad y creemos que estar alegres es ser felices. Soy feliz y puedo estar atravesando situaciones que me producen mucha tristeza. Tengo problemas. La felicidad es una decisión, depende de cada uno y se asume con extrema voluntad.

Creencias
– “Todo tiempo pasado fue mejor…”: todo tiempo pasado, sólo es pasado y hoy es un recuerdo.
– “Voy a ser feliz cuando…”: esto es quedarse en el futuro.
– La felicidad son instantes.
– Confundir felicidad con alegría.
– “Ser feliz tiene que ver con el tener”: si la felicidad tuviera que ver con el tener, todos los millonarios serían felices.

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